Por Carol Sandoval y Aída Ruiz Velasco
En emotiva y solemne ceremonia, la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) llevó a cabo la Imposición de Batas Blancas a los cerca de 800 estudiantes de nuevo ingreso de la Facultad de Medicina; dicho acto representa el compromiso de los alumnos al juramento hipocrático, para curar el dolor y dedicar su vida a salvaguardar la vida humana.
En éste evento estuvieron presentes el Dr. Antonio Rivera Cisneros, Secretario de Gestión Académica y representante de las autoridades universitarias; el Dr. José Manuel López García, Coordinador del Programa Latino de Medicina y Ciencias Básicas; el Dr. José Gerardo Sandoval Zaragoza, Director de Vinculación de Ciencias de La Salud; entre otras autoridades.
En su mensaje a los alumnos, el Dr. José Manuel López García habló sobre las virtudes que debe poseer un aspirante a Médico y les reiteró en varias ocasiones que esta carrera les cambiará la vida.
El Dr. López les dijo también que “la esperanza de un futuro mejor está puesta en personas como ustedes, promoviendo el respeto a la salud y dándole al paciente una mejor calidad de vida”, además les dio una gran bienvenida a la facultad de Medicina y les deseó mucho éxito en sus estudios.
Después llegó el momento de la emotiva imposición de la Bata Blanca a los estudiantes por parte de las autoridades.
Los alumnos fueron nombrados en grupos de 19, pasaron al frente en orden, entregaron su bata a uno de los miembros del presídium, mismo que realizó la imposición de la bata blanca, dándole un fuerte apretón de manos y la bienvenida a la universidad.
Al terminar el Dr. José Gerardo Sandoval Zaragoza, les tomó protesta del juramento que los compromete a hacer respetar a su universidad, su profesión y la vida humana para desarrollarse con honor hacia ellos mismos y sus semejantes.
Textualmente todos repitieron: “Juro solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad, otorgar a los maestros el respeto y gratitud que merecen. Ejercer mi profesión dignamente y a conciencia. Velar solícitamente y ante todo por la salud de mis pacientes. Guardar y respetar el secreto profesional. Mantener incólume por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Considerar como hermanos a mis colegas. Hacer caso omiso de cleros políticos, religiosos, nacionalidades, razas, rangos sociales y económicos, evitando que se interpongan entre mi servicio profesional y mis pacientes”. Mantener sano respeto por la vida humana desde el momento mismo de la concepción y no utilizar, ni incluso por amenazas, mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas solemne y espontáneamente bajo mi palabra de honor. Juro cumplir lo antes dicho.