Por Salvador Echeagaray/
Dentro de cuatro años se habrán convertido en médicos cirujanos, pero ya desde hoy pertenecen a la comunidad médica luego de haber recibido la simbólica bata blanca y hecho el juramento hipocrático.
Más de 150 jóvenes procedentes de Estados Unidos, Puerto Rico y Canadá que inician su carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), participaron en la Semana de Orientación que los recibe en la institución y que consta de sesiones informativas sobre temas muy prácticos relacionados con los próximos años que radicarán en Guadalajara, como la comida, transporte, costumbres, servicios, leyes, así como el estudio y la convivencia cotidiana dentro de la Universidad.
La ceremonia oficial de bienvenida, a la que también asistieron padres, familiares y amigos de los futuros médicos, fue presidida por el Lic. Juan Carlos Leaño del Castillo, Director General de la UAG, quien estuvo acompañado por funcionarios universitarios.
Leaño del Castillo dio un mensaje de bienvenida y felicitó a los estudiantes de nuevo ingreso al Programa Internacional de Medicina (PIM), por haber tomado la decisión de cursar una de las carreras más profesionales más nobles y fructíferas como es la medicina.
El directivo universitario mencionó que a lo largo de los años, más de 15 mil médicos extranjeros, especialmente de Estados Unidos y Puerto Rico, se han graduado de la UAG.
BATAS BLANCAS
Otro de los eventos relevantes en la semana de bienvenida a los estudiantes extranjeros de medicina fue la tradicional ceremonia de las Batas Blancas.
En este acto, a cada estudiante se le impone una bata blanca, lo que simboliza que la comunidad médica lo está aceptando como uno de sus miembros.
El Dr. Luis Manuel Murillo Bonilla, director de la Facultad de Medicina, explicó el sentido de esta ceremonia y exhortó a los alumnos a desarrollar una actitud de calidad y calidez hacia el paciente.
En la cultura occidental, la bata blanca que utiliza el médico imprime un respeto y seriedad, lo que hace que el paciente confíe plenamente en él.
Bajo el símbolo de la bata blanca, el concepto social de ser médico se intensifica, adquiere un fuerte carácter.
Guiados por el profesor Juan Pablo Cuéllar, además de recibir la bata, los futuros médicos hicieron el juramento hipocrático, una fórmula milenaria mediante la cual se comprometen a respetar la vida desde la concepción hasta la muerte natural; a tratar al paciente como si se tratara de un ser querido; a poner la vocación y el servicio por encima del utilitarismo comercial; y otras máximas de esta profesión.