Sep22

La desigualdad tiene su lado positivo

Al final el Premio Nobel de Economía 2015 convivió con los alumnos. 

Por Alfredo Arnold/

A pesar de los grandes avances que ha experimentado la economía global en los últimos 40 años, el beneficio no ha sido parejo; en este proceso hay claroscuros que sir Angus Deaton, Premio Nobel de Economía 2015, expuso durante la conferencia “Salud, riqueza y desigualdad: políticas para salir de la pobreza” que impartió en el marco del II Congreso Internacional de Negocios organizado por el Decanato de Ciencias Sociales, Económico y Administrativas de  la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).

Deaton, economista escocés y actualmente profesor de la Universidad de Princeton, explicó que de 1970 al año 2000 el número de pobres en el mundo se redujo de 2 mil millones de personas a mil millones, el PIB se incrementó aceleradamente y aumentó la expectativa de vida, lo cual son buenas noticias, es lo que él llama “El gran escape” en su más reciente libro. La mala noticia es que “el crecimiento, en general no ha beneficiado al hombre de la calle”.

Sin embargo, aclaró que no toda la desigualdad es mala, “hay desigualdad mala, que es la que genera desánimo, y desigualdad buena, la que estimula y convence a la gente de que es posible perseguir y alcanzar la felicidad. También hay desigualdad justa e injusta; la primera, por quienes han triunfado a base de trabajo, esfuerzo e innovando en beneficio del mundo y la otra, propiciada por quienes se han hecho ricos por medios dudosos”. Por ejemplo, dijo, nadie se enojó porque Steve Jobs se haya hecho millonario, en cambio se cuestiona a banqueros enriquecidos por sus prácticas injustas.

Deaton, quien recibió el Premio Nobel por los novedosos métodos que desarrolló para medir la pobreza y la desigualdad, afirmó que el dinero no es el único satisfactor que se toma en cuenta para medir la pobreza; también la salud, la educación e innovación son factores esenciales.

El ritmo de crecimiento acelerado se detuvo en 2007 afectando a una gran parte de la población de Estados Unidos; curiosamente fue la población blanca uno de los sectores más perjudicados ya que aumentó el índice de mortalidad y no necesariamente por enfermedades sino por suicidios, consumo de alcohol y drogas. Otros factores sociales también impactaron negativamente en la economía; por ejemplo, la proliferación de uniones no matrimoniales ya que, al no asumir compromisos formales de largo plazo, frenaron el consumo.

Este fenómeno no se dio entre la población de origen latinoamericano ni la negra, ya que asumen el reto con mejor perspectiva, “se sienten apoyados por la religión y orgullosos de sobrellevar la adversidad”.

Deaton considera que la desigualdad no tiene perspectivas de ser resuelta, pero sí es posible lograr el bienestar a pesar de ella. Comparó la situación con dos conductores que van por diferentes carriles: uno avanza rápidamente, el otro está detenido, pero tarde o temprano reanudará la marcha; lo importante es no tratar de avanzar con maniobras riesgosas o fuera de la ley, como sería invadir el carril contrario.

El Premio Nobel de Economía es optimista respecto al futuro de largo plazo. Recomienda limitar el gasto de los gobiernos y combatir la corrupción. No cree que sea buena idea aumentar impuestos para que se aumente la ayuda social; al contrario, la gente prefiere hacer la tarea por sí misma, quiere mejores trabajos y buenos salarios.

“Es mejor que los de abajo suban por sí solos y dejar que el capitalismo bueno funcione”.

Al finalizar la conferencia, sir Angus Deaton contestó preguntas de los asistentes y posteriormente ofreció una rueda de prensa, se dejó fotografiar en compañía de alumnos y estampó su firma en los libros de su autoría que le llevaban muchos asistentes.

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